La organización actualiza la Clasificación Internacional de Enfermedades con este nuevo trastorno que ha generado polémica
Pese a la polémica, la “adicción a los juegos” ha pasado a ser una enfermedad mental. La Organización Mundial de la Salud ha comunicado que incluye este trastorno en la nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades, que entrará definitivamente en vigor en 2022. La lista recoge enfermedades y afecciones médicas que ayuda a los profesionales médicos a diagnosticar condiciones.
A nadie le ha sorprendido el anuncio. El debate acerca de si el exceso podía ser un trastorno lleva produciéndose años. Las discusiones estaban en si la adicción es una enfermedad o el abuso es un síntoma de otras enfermedades mentales. De hecho, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría se ha estado expresando en contra de clasificar el exceso como enfermedad, aunque reconoce que debe investigarse.
Por eso, la OMS ha querido hacer puntualizaciones. No significa que jugar a los videojuegos sea implícitamente un trastorno. La organización no define ningún juego como adictivo ni la cantidad de tiempo que convierte el hobby en trastorno.
La enfermedad pasaría a existir cuando el juego produce “una angustia marcada o un deterioro significativo en el funcionamiento personal, familiar, social, educativo u ocupacional”.
En resumen: cuando está arruinando tu vida, tus relaciones personales, tu trabajo o la escuela pero persistes sin poder evitarlo. A pesar de las consecuencias negativas evidentes, uno no podría dejarlo al haber perdido el control. Para asignar el diagnóstico, este comportamiento debe haberse producido al menos durante 12 meses.
Después de que la OMS haya actualizado la lista de enfermedades, ahora depende de cada país decidir cuándo empieza a usar la nueva versión. Estas clasificaciones suelen ayudar a dirigir los tratamientos.
Para no estigmatizar, profesionales médicos han recordado que los videojuegos tienen beneficios. Cada vez más sirven para atender a pacientes específicos porque pueden aliviar el estrés o mejorar las habilidades para resolver problemas. El anuncio de la OMS no pretende empañar esto.