La Unión Europea arranca hoy en Bruselas una cumbre de dos días con diferentes posiciones sobre las migraciones
Italia contra Francia, Alemania y España. Este es el sombrío escenario que se representa en Bruselas este jueves en el marco de la cumbre extraordinaria sobre migración en la Unión Europea. El rechazo de los barcos Aquarius y el Lifeline por parte del gobierno italiano en las últimas semanas ha provocado una fuerte crisis en la UE, que se encuentra sin respuestas a la crisis migratoria y sus consecuencias humanitarias.
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La postura radical de no acogida de Italia se debe a que el país mediterráneo tiene que hacerse cargo de la gran mayoría de migrantes que llegan por mar a la UE procedentes del Norte de África sin que los demás países europeos se impliquen en el reparto. Las directrices de Bruselas respecto al número de inmigrantes llegados a Italia que tienen que repartirse en los demás países apenas se han cumplido. Matteo Salvini, el líder xenófobo de la Liga y ministro del Interior italiano, ha optado por cerrar los puertos aun a precio de dejar a cientos de migrantes a la deriva con un futuro incierto.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, ha alertado que de no resolverse este asunto y no alcanzar una política común respecto a la inmigración, esta podría representar el final del proyecto europeo. Merkel se enfrenta a la presión de su ministro del Interior, Horst Seehofer, que insiste en que se alcance ese acuerdo o de lo contrario ordenará cerrar de forma unilateral las fronteras alemanas como lo ha hecho ya Austria, perjudicando así todavía más a Italia y acentuando la política anti-inmigración y partidaria de separarse de la UE de Salvini.
Italia y su presidente Giuseppe Conte han recalcado la importancia de que el resto del bloque escuche sus demandas mientras que Pedro Sánchez, el presidente español, ha insistido en la necesidad de encontrar una respuesta común al problema y se ha mostrado confiado de que el viernes se extraigan soluciones concretas en esa dirección.
Tanto Merkel como el presidente francés, Emanuel Macron, han dibujado las posibles líneas por las que podrían encaucarse la solución a la crisis, pero ninguna incluye, por el momento, la acogida masiva y equitativa en los países de la UE por las diferencias entre los estados miembros. Tanto Macron como Merkel han hecho hincapié en llegar a acuerdos fuera de las fronteras europeas para que los países de la región sean los encargados de detener el flujo migratorio en sus territorios encargándose ahí de los migrantes con ayuda europea. En definitiva, lo que proponen las principales potencias de la UE es despejar el problema con acuerdos millonarios como el firmado con Turquía, por el que los países de donde salen los migrantes cierren las rutas de llegada a Europa y acojan a los migrantes en su territorio.