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El club más xenófobo del mundo fichará a jugadores árabes

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El nuevo dueño del Beitar Jerusalén se posiciona contra 82 años de doctrina anti-musulmana

Omar Naboulsi

24 Agosto 2018 14:47

El Beitar Jerusalén cambiará su política xenófoba, o eso al menos ha anunciado su nuevo dueño. El empresario israelí Moshe Hogeg, que compró el club hace apenas 10 días ha proclamado, que "la religión ya no será un criterio para fichar jugadores".

Un avance histórico para un equipo en el que hasta hoy no ha jugado ni un solo futbolista árabe, a pesar de que en el país hay un 17,5% de población de dicha etnia. Se trata de un club vinculado a la extrema derecha israelita con un grupo ultra, La Familia, conocido por cantar en medio de los partidos "muerte a los árabes" o "Mahoma es homosexual" durante los partidos.

De hecho, el año pasado, 19 miembros del grupo fueron acusados de intento de asesinato a un hincha rival.

"El Beitar no es un club racista. A partir de hoy, la religión ya no será un factor en la elección de los jugadores del club", aseguró Hogeg en una rueda de prensa. "Firmar a un jugador únicamente porque es árabe también sería una forma de racismo".

El empresario le ha comprado el club a Eli Tabib, propietario desde 2013, por 7,2 millones de dólares, aunque utilizará una tercera parte de ese dinero para cubrir la deuda que arrastra la entidad. A sus 37 años, Hogeg es un importante businessman de la alta tecnología que ha invertido en varias empresas en Israel y en el extranjero. Es el CEO de Singulariteam, un fondo de inversión del mismo sector.

En los últimos años su nombre ha aparecido en el mapa por sus inversiones en criptomonedas y en sociedades de Blockchain, la tecnología de moda para las transacciones en cadena de bloques.

Hogeg coge el club en tiempos de cambio, incluido su nombre. El equipo pasó a llamarse Beitar Trump Jerusalén el pasado mes de mayo, cuando el presidente estadounidense visitó el país para reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar la embajada de los EEUU, hasta ese momento en Tel Aviv, a la ciudad.

En sus 82 años de historia solo han jugado 3 jugadores musulmanes en sus filas y todos ellos tuvieron que irse por la presión de los aficionados. Ndala Ibrahim es un futbolista nigeriano que jugó 4 partidos con el Beitar cedido por el Maccabi Tel Aviv, pero tuvo que acabar antes de lo previsto su cesión por el acoso de La Familia.

Algo parecido les ocurrió a Zaur Sadayev y Dzhabrail Kadiyev, dos jugadores chechenos y musulmanes que recibieron insultos desde que llegaron al equipo. Cuando Sadayev marcó el primer gol con el Beitar, los ultras abandonaron el estadio en señal de protesta.

La prensa israelí filtró que La Familia intentó incendiar las oficinas del club tras estos fichajes.

Por el momento no se han revelado ante las declaraciones de su nuevo presidente. Se han limitado a publicar un comunicado en el que agradecen a Hogeg la inversión realizada y prometen que dejarán de lado los cánticos racistas para no perjudicar al club.

Solo el tiempo dirá si las promesas anti-xenófobas del empresario se cumplirán y si así el Beitar dejará de ser conocido como el club más xenófobo del mundo.

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