El avión se estrelló tras el despegue pero, milagrosamente, todos los ocupantes lograron sobrevivir
Hace unos días nos hacíamos eco del vídeo grabado por un pasajero durante el accidente del avión de Aeroméxico. Hoy es una joven, Ashley García, de 17 años, la que ha compartido en sus redes las imágenes que filmó durante esa terrible experiencia.
Fue el 31 de julio cuando el vuelo AM2431 de Aeroméxico se desplomó instantes después de despegar del aeropuerto de Durango. Las autoridades todavía no han emitido un informe oficial, pero todo apunta a que la causa del accidente fue las malas condiciones atmosféricas.
En los vídeos grabados por los pasajeros se puede apreciar la niebla y la lluvia que había durante el despegue. También se nota una sacudida que, según los expertos, correspondería a una repentina ráfaga de viento que hizo desestabilizar la aeronave.
Al perder velocidad y altura, el ala izquierda del avión golpeó el suelo y lo hizo caer. Por fortuna, se deslizó horizontalmente por el terreno lo que permitió activar los toboganes de emergencia, liberando a los pasajeros y la tripulación antes de que se incendiara.
“El milagro de Durango”, lo llaman. Porque contra todo pronóstico los 103 ocupantes del avión pudieron salir con vida. Ochenta y ocho pasajeros adultos, nueve menores de edad, dos bebés y cuatro integrantes de la tripulación, dos pilotos y dos sobrecargos.
Si bien tuvieron que ser ingresados muchos de ellos, actualmente sólo quedan 6 personas en el hospital. Los más graves son una niña con quemaduras en el 25 por ciento de su cuerpo y el piloto Carlos Galván Meyran que tuvo que ser operado de la columna.
Desde luego es increíble la suerte que tuvieron todos de poder contarlo, porque las imágenes del accidente son aterradoras.
Ashley García, la chica que grabó el vídeo, escribía: “Hoy he afrontado mi mayor miedo. Nada puede describir cómo me sentí en ese momento pero sólo puedo agradecerle a Dios por darme la oportunidad de salir viva y bien. Me sentiré bendecida por siempre”.
Jacqueline Flores, otra de las supervivientes, contaba cómo lo vivió: “Íbamos despegando cuando se sintió que giramos muy fuerte, como que los pilotos estaban tratando de estabilizar el avión. Sentí que caímos muy fuerte y dimos varios tumbos. Cuando el avión se paró por fin, había mucho humo y fuego”.
"La aeronave quedó partida y el fuego avanzaba rápidamente. La fractura estaba un par de asientos detrás de mí. La gente estaba en pánico, pero yo estaba tranquila. De alguna forma sabía que mi salvación estaba en saltar por ese hueco. Así que lo hice junto con mi hija".
Varios de los pasajeros han decidido presentar una demanda contra la aerolínea mexicana. "Todas las personas en este vuelo tiene derecho a saber exactamente qué causó el accidente. Un avión no cae simplemente del cielo porque está lloviendo mucho", han declarado los abogados que les representan.
Independientemente del resultado de la investigación, los 103 supervivientes pueden estar más que agradecidos. No son tantos los que se enfrentan a un accidente aéreo y viven para contarlo.
