La nave se vio afectada por una ráfaga de viento durante el despegue y se estrelló fuera de pista el pasado martes en el Aeropuerto Internacional de Durango
Volver a nacer. Esto es lo que pensaron los ocupantes de un avión comercial de la compañía aérea Aeroméxico que el pasado martes sufrió un aparatoso accidente durante su despegue.
El avión partía del aeropuerto Internacional Guadalupe Victoria con rumbo a Ciudad de México a primera hora de la tarde hora local. Según la versión ofrecida por el gobernador del Estado, José Rosas Aispuro, una fuerte ráfaga de viento fue la culpable de la caída del avión. El viento zarandeó la nave provocando que descendiera y tocara tierra con el ala izquierda. Entonces se desprendieron los dos motores de la aeronave y el avión salió disparado fuera de la pista, “deslizándose sobre el terreno y quedándose aproximadamente a 300 metros de la zona de aterrizaje”.
La nave quedó calcinada. Por suerte, todos sus ocupantes pueden hoy contarlo. Solo el piloto sufrió heridas de gravedad, pero no se teme por su vida. “La oportuna actuación de tripulación y pasajeros evitó pérdida de vidas humanas”, aseguraba ayer la compañía en rueda de prensa.
El avión duró como dos minutos en el aire y bajó. Dio muchos golpes y todos empezamos a salir. Fue todo muy rápido
Guadalupe Herrera, pasajera del avión accidentado
Dos días después se ha difundido un vídeo, tomado por uno de los pasajeros, Ramin Parsa (pastor de 32 años y de origen iraní), que recoge los instantes previos al accidente y el momento en el que la aeronave se estrella. Unas imágenes borrosas por la densa niebla y la lluvia que había en ese momento y donde se pueden notar las dificultades de la nave durante el despegue. Segundos después, la caída y el estruendo, acompañado de sonido de golpes y gritos de los pasajeros. Pero el destino quiso que todos ese salvasen.
“Fue un milagro, porque cuando el avión se estrelló, todas las luces estaban apagadas y el humo empezó a entrar al avión, no podíamos respirar”, relató en redes sociales el autor del vídeo que encabeza estas líneas.
Imagen del vídeo donde se ven las adversas condiciones climatológicas
Pese a lo aparatoso de la caída y que la nave comenzó a arder por la zona de la cabina, lo cierto es que la mayoría de sus ocupantes pudo salir por su propio pie del avión. A pocos metros del avión siniestrado, les estaban esperando los servicios de emergencia que habían acudido rápidamente en su ayuda.
Las autoridades del país, así como técnicos de Estados Unidos, siguen analizando los restos de la aeronave de Aeroméxico en busca de cualquier tipo de pista que arroje luz sobre lo sucedido. Junto a ellos trabajan además, en la investigación, representantes de Embraer, el fabricante brasileño de la aeronave, y de General Electric, fabricante de los motores CF34-10E que llevaba el aparato.
No queremos ni imaginarnos que hubiese pasado si el accidente se produce a una mayor altura. Porque en Durango se ha producido un milagro. En eso coinciden hasta los no creyentes.