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Artículo Cecilio G, o cómo ser Andy Warhol y Valerie Solanas a la vez Culture

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Cecilio G, o cómo ser Andy Warhol y Valerie Solanas a la vez

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Cecilio G borra todas sus canciones de YouTube y sube seis temas de punk-rock ibérico

víctor parkas

25 Julio 2018 14:45

“Si queréis escuchar mi música, os la compráis en el bandcamp de Poland Music”, escribía Cecilio G ayer, en Instagram, bajo la imagen de su discografía. Cuando comprobabas cuán en serio iba el de Bogatell, descubrías que su canal de YouTube había sido arrasado: todas las canciones que el rapero había ido publicando durante más de un lustro, muchas de ellas ni siquiera volcadas en bandcamp, habían sido borradas o relegadas a un régimen oculto.

Por si con un tiro en el pie no bastase, Cecilio lanza una patada al aire, esperando que su sangre te entre en los ojos: bajo el nombre YONOSOYTUPADRE, el rapero había dejado en su canal de YouTube, solos y tristes, seis temas de punk-rock ibérico. Literalmente; punk que suena a punk. “No a punk en un sentido metafórico de ‘el trap es el nuevo punk’ y blablablá”, escribía sobre la mixtape Gonzalo Herrera en Vice.

“Me refiero a que suenan a punk-punk, a punk de guitarra, bajo y batería haciendo tupa-tupa a una cadencia medianamente acelerada”.

Repasando su discografía, es fácil atestiguar que lo de Cecilio y el punk ibérico, por extensión también su nueva ola, es una relación de amor tóxico: el responsable de Gucci Shanna ha bastardizado el Te quiero de Siniestro Total en La Mejor; el No mires a los ojos de la gente de Golpes Bajos en Hibridismo; el Cerebros Destruidos de Eskorbuto y el Rock&Roll Star de Los Trogloditas en tracks homónimos.

Incluso infragrupos de ideología dudosa como Bastonazos Oi! han pasado por su particular filtro, en canciones como la seminal Introducción a mi clase.

“Me gustaba mucho el punk”, me explicaba Cecilio hace un par de años, “sobre todo el nacional, y me llevaba muy, muy bien con los punkis; me parecen la manada más guapa. Los punkis aprenden a hostias y a colocones, y no hay mejor forma de aprender que a base de hostias y colocones”, añadió, no sin antes recordarme el nombre de guerra con el que empezó a abrirse paso en la música durante su adolescencia: Punki Negro.

Así, el giro de Cecilio a YONOSOYTUPADRE no sorprende, pero sí congratula. Su nueva mixtape, De vuelta al pantano, suena a Kadenazo, a Urgente, a Familia Real; sube la apuesta hasta Manolo Kabezabolo, hasta Rey Muerto, hasta grupos formados y disueltos en cuestión de meses, dejando a su paso un reguero de escupitajos, cejas abiertas, odio sin cortar. ¿El disco punk del año? El jurado todavía lo está deliberando.

“Pues, tío, yo creo que como punk el disco raspa el aprobado, le daría un 6,5”, me dice Víctor Skyper, fan confeso de Cecilio y guitarrista de Leonor SS, uno de los grupos con los que se está comparando a YONOSOYTUPADRE. “Para mí lo peor son los artículos del rollo ‘el mejor disco de punk del año’ o la peña que ha escuchado cuatro grupos y se creen capaces de dar veredictos como si fuesen unos eruditos en punk”.

¿Alguna apreciación sobre la movilidad estilística? “En el último concierto de Ceci al que fuimos”, recuerda Víctor, “se nos acercaron un par de chavalas en plan: ‘Hey, ¿sois los de Leonor SS?’. Estaba yo más sorprendido que ellas”.

“Pues no sé”, me dice por su parte Juanma Nikotina, que comparte grupo con Víctor en Pizza Ninja Squad, “el disco me parece gracioso como meme. Una vez hecha la broma, pues yo que sé: soy ultrafan del Ceci, pero tampoco le voy a comer la polla a ciegas. Musicalmente, me parece una mierda infumable; como ‘acción’, me parece de puta madre. Ceci es 100% actitud punk, pero en lo referente a música punk oye campanas sonar y ya”.

“El día que Jarfa vuelva al Oi!”, termina, haciendo mención al paso de Jarfaiter por el grupo de streetpunk Drunken Bräwl, “ya hablaremos”.

Quizás la mayor valía de YONOSOYTUPADRE radica, como señala Juanma, no en la calidad de la propuesta, sino en la ‘acción’ nihilista que la recubre. Cecilio, no como el Joe Strummer de White Riot, sino como el que se negó a tocar con The Clash en el programa Top of the Pops. YONOSOYTUPADRE no son sólo seis canciones hechas a espaldas de su público objetivo, sino el centenar anterior que Cecilio ha arrancado de YouTube.

“He conocido a muchos subnormales que sólo quieren fama y dinero, dos cosas que yo no quiero”, me dijo Cecilio cuando tuve la oportunidad de entrevistarlo. “Yo no soy un medio, ni una empresa, ni un cuerpo de más de uno: yo soy un artista y voy a hacer música hasta el día en que me muera”. La pose, si lo es, se ha mantenido firme: Cecilio ha hecho de su carrera algo epicúreo, aunque lo epicúreo rara vez coincida, en su caso, con lo monetizable.

Cuando el mainstream intentaba reducir la música urbana a dos únicas posibilidades —discográficas sí, discográficas no—, Cecilio activa la tecla de ‘autodestrucción mientras canta a orgías alucinatorias entre Hare Krishnas.

De vuelta al pantano quizás no sea el disco punk del año, pero sí pone en evidencia lo gris que se ha vuelto todo ahí fuera, al sol. C Tangana decía en Inditex haber convertido el “descampao” urban en un “jardín”, pero se dejó lo más importante: el césped iba a ser ocupado por registradores de propiedades, gestores de derechos, chavalas y chavales cuya preocupación última parece convertirse en product placement al servicio de Vodafone.

"Ser bueno en los negocios es la más fascinante de las artes”, dijo Andy Warhol, en una cita que, de nuevo, C Tangana recuperaría para su hiperbólica mixtape Avida Dollars. “Durante los años hippies”, continuaba Warhol, “la gente despreció la idea de los negocios. Decían que el dinero era malo. Pero hacer dinero es un arte, trabajar es un arte, y los buenos negocios son el mejor arte".

Cecilio G, de forma permanente o no —quizás sus trabajos vuelvan a estar disponibles en Youtube tan pronto como se publiquen estas líneas—, parece estar remando no ya en dirección contraria a C Tangana y sus sucedáneos, sino dando bandazos en varias rías a la vez, con la corriente en contra. Por qué, ¿quién querría conformarse con ser Andy Warhol pudiendo ser también Valerie Solanas?

Cecilio G, con De vuelta al pantano, demuestra que uno se puede erigir, simultáneamente, en receptor y remitente de sus propios balazos.

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