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Ocho cuadernos, empresarios arrepentidos, millones de dólares y un juez como bestia negra: el caso que puede acabar con la candidatura de CFK 1 año antes de las elecciones
14 Agosto 2018 14:31
El caso de los cuadernos de las coimas -cohecho, en lenguaje más jurídico- se ha hecho omnipresente en los medios argentinos. Ayer mismo la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue a declarar a los tribunales acusada de liderar una asociación ilícita que gestionaba y se beneficiaba de fondos ilegales durante su mandato presidencial.
La tormenta en torno al kirchnerismo se acentúa si tenemos en cuenta que el exvicepresidente de CFK, Amado Boudou, fue condenado la semana pasada a 5 años de cárcel por otro delito de cohecho, el conocido como caso Ciccone.
En enero pasado, el periodista del diario La Nación Diego Cabot recibió por parte de Jorge Bacigalupo, un policía retirado, una caja con ocho cuadernos.
La caja se la había dado a Bacigalupo su amigo Óscar Centeno, chófer de Robero Baratta cuando este último era el número 2 del Ministerio de Planificación Federal.
Las anotaciones que con todo detalle había recogido Centeno entre 2005 y 2015 con fechas, nombres, direcciones y cantidades de dinero que presuntamente pagaban empresarios a los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Eran, según denuncia Centeno, cobros por soborno a cambio de contratos de obra pública, y en el coche que conducía él mismo se transportaba el dinero.
Según la Fiscalía, por el coche de Centeno pasaron bolsos con 160 millones de dólares. El destino del dinero, según Centeno, era principalmente la Quinta de Olivos, residencia oficial del presidente de la nación, y el edificio que aun hoy habita en Buenos Aires Cristina Fernández, en el barrio de Recoleta.
Son ya varios los implicados que están "hablando". Uno de ellos, quizá el más comprometedor para el kirchnerismo, es el expresidente de la Cámara Argentina de la Construcción Carlos Wagner. Wagner ha explicado cómo operaba la trama: los empresarios beneficiarios de obra pública debían abonar un anticipo establecido, de entre un 10 y un 20%, "para gastos y necesidades políticas".
Cristina Fernández aparece varias veces citada en los cuadernos. En las últimas horas el juez ha ordenado registrar apartamentos del mismo edificio donde reside, ya que en el suyo goza de protección como senadora nacional. No se ha encontrado nada.
El juez tiene en su poder la decisión, si lo considera oportuno tras estudiar su declaración, de procesar a Fernández y pedir su detención.
De las 6 causas penales en las que ha estado implicada CFK, 5 las inició el juez Claudio Bonadio. Los cuadernos de coimas es una de ellas.
Cristina Fernández habla de él como "brazo de persecución" contra ella y considera que ese extremo tiene lugar desde que Mauricio Macri asumió como presidente de la nación en diciembre de 2015.
Desde posiciones antikirchneristas se frotan las manos. El titular del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Lipera, tuiteó ayer "Bonadio puede ser el Juez Moro argentino. Tenemos que ayudarlo!". Es una referencia directa a Sergio Moro, el juez que decretó prisión para el presidente brasileño Lula da Silva en el caso Java Lato.
Argentina vuelve a elegir presidente el 27 de octubre de 2019. Parece una fecha lejana, pero lo cierto es que la campaña ya ha empezado -o quizá nunca ha acabado-.
Hasta la explosión del caso coimas, CFK se mantenía alta en popularidad en las encuestas, empujada tanto por un perfil más bajo -que ya no es posible mantener- y un hundimiento de la economía que le está costando caro al macrismo.
A la expresidenta, estar señalada y haber testificado ayer -esta vez sin acólitos, al contrario que la anterior vez, en 2016 y también ante el juez Bonadio- ya le está costando puntos.
Ni que decir tiene que si es finalmente procesada: entonces se acabó seguramente el sueño de una segunda presidencia K para Cristina el año próximo.
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