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La deportación de los niños de Windrush: la nueva vergüenza de Reino Unido

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Miles de niños jamaicanos llegaron a Reino Unido hace 50 años, ahora el Gobierno les quiere deportar con un folleto bajo el brazo que les aconseja "usar acentos locales" cuando vuelvan a Jamaica

astrid otal

17 Abril 2018 16:21

Miles de personas que llegaron a Reino Unido cuando eran niños en la década de los 50 y 60 corren el riesgo de ser deportados. En su mayoría jamaicanos, llevan toda su vida residiendo en el país británico y ahora de pronto son amenazados.

El escándalo saltó el pasado lunes cuando salió a la luz un folleto hecho en 2013 por ONG jamaicanas con el apoyo del gobierno británico -cuando Theresa May era secretaria de Interior- y el gobierno de Jamaica. El polémico folleto incluye consejos como estos:

Trate de ser jamaicano: use acentos locales y el dialecto”. "Los acentos en el extranjero pueden atraer atención no deseada".

"¿Cómo puede alguien pretender 'ser jamaicano' cuando es británico y ha vivido aquí toda su vida?”, dijo este lunes el diputado laborista David Lammy. Sus padres vinieron desde Guayana y Lammy se describe como “un hijo orgulloso del Windrush”.

La noticia ha provocado tanta indignación que la actual secretaria del Interior, Amber Rudd, ha pedido una disculpa sin precedentes reconociendo que el Ministerio del Interior había olvidado el lado humano y se había “preocupado demasiado por las políticas”. “Francamente -ha declarado Rudd-, han sido tratados de manera horrible”.

¿Qué es la generación Windrush?

En 1948 el barco Empire Windrush desembarcó en el Puerto de Tilbury, en el Támesis, repleto de trabajadores llegados de las islas caribeñas. Había 492 pasajeros y muchos eran niños. Debido a una escasez de mano de obra en Reino Unido por los muertos en la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico concedió ese año el estatus de ciudadanía a residentes de las colonias de la Commonwealth.

Windrush marcó el inicio de una ola de migración hasta 1971. Habría en la actualidad unos 50.000 residentes que llegaron o tuvieron hijos bajo esta política, según el Observatorio de la Migración de la Universidad de Oxford.

El Ministerio del Interior no conservó registro de las personas a las que otorgó el permiso y la mayoría de los llegados nunca formalizaron la nacionalidad o solicitaron el pasaporte británico. Ha sido en los últimos años, con unas duras medidas contra la inmigración, cuando cada vez se pide más un documento antes de conseguir trabajo, casa o para acceder al sistema de salud. The Guardian ha documentado muchos casos de la generación Windrush o sus hijos que han perdido el empleo o se han quedado sin hogar. No se sabe cuántos han podido ser deportados por equivocación.

"¿Puede [Rudd] decirle al Parlamento cuántos han sido detenidos como prisioneros en su propio país? ¿Puede decirnos a cuántos se les ha denegado la asistencia médica en el Servicio Nacional de Salud, a cuántos se les han denegado las pensiones y cuántos han perdido sus empleos?”, preguntó el laborista Lammy.

El ambiente hostil hacia la generación Windrush -después de haber trabajado durante más de 50 años- les había requerido que aportaran cuatro pruebas de cada año vivido en el país. Muchos no disponen de registros para demostrarlo.

En su disculpa, la secretaria Rudd ha asegurado que dentro de dos semanas se resolverían todos los casos y que el gobierno ayudaría a esas personas a demostrar que han trabajado en el país. Después de la disculpa, ahora toca las acciones reales que subsanen la vergüenza.

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