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Por qué Benzema no tiene que cantar el himno nacional

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La Marsellesa en labios de Karim Benzema es un triunfo para la Francia nacionalista y conservadora. Por eso es tan importante defender su derecho a no cantar el himno

Ignacio Pato

17 Abril 2018 18:38

Nada ilustra mejor el rencor de cierta parte de Francia con Karim Benzema que un escupitajo.

El 21 de noviembre de 2015 Real Madrid y Barcelona jugaban en el Bernabéu un partido emocionalmente condicionado por los atentados de París ocho días antes. Antes del partido, el homenaje incluyó un minuto de silencio en el que sonó una versión de La Marsellesa, el himno nacional francés, ralentizada y a piano. Nada más terminar esta, un plano de televisión mostró a Benzema escupiendo al suelo.

Lo de menos es que haya un vídeo con treinta mil visitas con el título "Karim Benzema escupa sobre La Marsellesa en memoria de las víctimas". Lo peor es que el jugador tuvo que dar explicaciones en TF1. "Es lamentable -dijo- inventar historias como esa, tan graves. Durante La Marsellesa estoy concentrado, pienso en las víctimas, en las familias, en mi familia, en la gente que me quiere, en el fútbol. Soy sincero. Escupo al final, como en todos los partidos, como hacen todos los jugadores. Y además me giro para hacerlo. En ningún momento es un escupitajo a La Marsellesa. Es lamentable pintarme como alguien que no respeta a su país ni a los muertos. Eso duele".

Benzema hoy ha dado una jugosa entrevista en Vanity Fair -aquí resumida- en la que ha respondido a por qué no canta el himno nacional. "Si escuchamos bien la Marsellesa, llama a ir a la guerra y a mí eso no me gusta", ha dicho.

Se acabó. Debería bastarnos.

¿Tenemos derecho a inquirir a un ciudadano en 2018 por qué no canta un himno nacional antes de jugar un partido de fútbol? A Benzema llevan años preguntándoselo.

"Si fuera obligatorio, lo cantaría", ha dicho, y ha recordado que no todos los aficionados lo hacen. Debería bastarnos.

Benzema ha llegado a tener que decir que tiene recuerdos, souvenirs, guardados de cuando la selección ganó el mundial del 98, cuando él tenía 10 años. Benzema es un francés incómodo. Un francés criado en la calle Youri Gagarine de un barrio duro, Bron, de Lyon. Allí le creyeron cuando en justo antes de la pasada Euro, lanzó una bomba política acusando al seleccionador Deschamps de no llevarle a Les Bleus "cediendo a las presiones de una parte racista de Francia". Seguramente no se refería solo al Frente Nacional, aunque Marine Le Pen estaba en plena escalada política. "Se ha convertido en millonario gracias a una Francia a la que escupe", así le hizo la cruz definitiva Marion Le Pen, sobrina de Marine y dirigente del partido.

Pero no, los eternos problemas de Francia con su identidad poscolonial no son responsabilidad de Karim Benzema. Su único delito es que La Marsellesa en sus labios sea un botín de guerra para sectores nacionalistas, racistas e islamófobos.

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